La casa data del año 1675, siendo su primer propietario Don Antonio de Sosa, un rico minero de la ciudad de San Luis Potosí.
Posteriormente, la regala como presente de bodas a su hija Isabel de Sosa, quien queda viuda en el año 1704.
Decide vender la casona en 1741 al Convento de San Agustín, quienes la utilizaban como casa de retiro, hospedando personalidades importantes dentro del ámbito de los Agustinos.
El principal propósito era disfrutar de la Procesión del Silencio, que salía de la puerta de la iglesia de San Francisco a la puerta de la iglesia de San Agustín, pasando por el frente de esta casona.
Posteriormente se hizo propiedad privada para pertenecer a la Familia Cavazos Azcárraga por 22 años y se pone a la venta adquiriéndola el actual dueño.
Una casona para ser considerada “PALACIO” requiere principalmente de 3 características las cuales son:
– Tener una antigüedad de 100 años, y esta fue construida hace 346 años
– Tener una escalinata original en la construcción de la casa.
– Tener sus pilares y Arquería original.
Se denomina Palacio de San Agustín en honor a los monjes que habitaron la casona. Se le llama museo porque cada pieza decorativa, mueble y pintura está certificada y catalogada con al menos 100 años de antigüedad.
Este es el primer hotel museo en Latinoamérica.
Contamos con más de 700 piezas todas y cada una de ellas certificadas por un notario y anticuario europeo.
El estilo que guarda esta edificación, luego de varias modificaciones a través de los años, es Neoclásico.
Las ventanas son una de las principales características arquitectónicas históricas de esta casona. El diseño de sus ventanas es una reproducción de los tratados de Vignola, famoso arquitecto del siglo XVI, quien entre otras grandes obras de arquitectura, creo la fachada del palacio farnesse en Italia por encargo del cardenal Alessandro Farnesse, y que actualmente es la embajada de Francia, en aquel país.